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domingo, 12 de julio de 2009

Letter to my Father

Ya han pasado casi tres semanas desde que te fuiste; una partida muy inesperada, para la que no estabamos preparados.

Aunque físicamente no estes con nosotros, aún sentimos tu espiritu, tu alma acompañandonos en la casa.

Es muy díficil estar sin ti, estamos tratando de ver como seguir adelante, pero el camino se hace duro.

Te vemos en cada parte, cada rincón: sentado en tu mueble, acostado en la cama, sentado en la galeria, ...

Lo único que nos reconforta es que algún día te volveremos a ver, y como dice Mayeline, tan sólo estás durmiendo.

Te extraño, te quiero, te amo mucho,

Nunca te olvidaremos, Papi..

3 comentarios:

Denia dijo...

Wao..es tan dificil el momento de tener que ver partir a un ser querido y sobretodo si ese ser nos dió la vida y crecimos a su lado viendonos crecer mientras los vemos hacerse mas viejos, es duro reponerse, menos mal que tenemos el consuelo que Dios a traves de la misma naturaleza nos ayuda a ser fuertes y a tener la esperanza de que solo es un paso hacia el descanso y que en algun momento nos volvermos a encontrar en la eternidad....

Ademas de Dios tienes a tus amig@s que te queremos....te quiero mucho Jordys

Luz Dalisa dijo...

"Todo pasa y todo queda. Pero lo nuestro es pasar. Pasar haciendo camino, camino sobre la mar..."

A eso venimos a este vano mundo: a pasar y dejar. Dejar cosas buenas, dejar cosas malas, dejar desendencia, dejar amores, dejar olvido...

Dejar...

Si duele, es porque nos han dejado tanto que no nos podemos acostumbrar a la idea de no tener esas cosas "frescas" de su fuente.

Ustedes son la familia más madura y unida (pero unida de verdad) que he conocido en mi vida. No han dejado que el dolor de una tragedia cambie el rumbo de sus vidas.

Ahora les toca seguir demostrándole al mundo todo lo que les ha dejado.

Jhordam Martínez dijo...

Gracias Chicas, de verdad que el momento se hace más llevadero cuando uno tiene amigos como ustedes.

Y tienes razón Luz, volver a la normalidad es lo más recomendable, no cambiar el ritmo de nuestras vidas, aunque en momentos nos ocultemos a llorar nuestras penas solos.

Las quiero mucho, JMR.